Hay pocas sociedades humanas en las que la historia no desempeña un pa papel importante en la enculturación de sus miembros. Ese proceso es básico para crear la estabilidad y la solidaridad social que permiten al individuo incorporarse a la actividad cooperativa con otros miembros del grupo, aunque también tiene Importancia, claro está, en la creación del sentido de diferencia de los distintos grupos sociales. A través de la historia, en definitiva, se profundiza la identificación del individuo con el grupo al que pertenece y se establece el sentido de diferencia respecto de otros grupos sociales. Con la secularización del pensamiento que trajo consigo la ascensión de la ciencia, la historia se convirtió en el instrumento principal de enculturación y el historiador se volvió una fuente de conocimiento que define e identifica un grupo social y lo diferencia de otros. El desarrollo de la historia como disciplina intelectual y su crecimiento se deben, pues, en gran medida, a su papel socializador. En este ensayo se pretende ofrecer, precisamente, una breve historia del constitucionalismo paraguayo, en el contexto más amplio de su historia política y cultural. Como se verá, sería absurdo negar que las vicisitudes del constitucionalismo paraguayo han estado en interacción directa con las vicisitudes de su política, de su derecho y de su moral, inclusive y principalmente en aquellas ocasiones en que la Constitución fue simulada o abiertamente vulnerada; como sería vano negar que la nación necesita hoy, como ayer, un mejor instrumento constitucional para encuadrar su entera vida cultural, entendida la cultura como el repertorio de respuestas que da un pueblo a su repertorio de problemas.
